Baste como pista que desde que ha pillao la baja paternal, no hay manera con la cafetera. Y es que entre el poso, el filtro, el agua... hay que estar pendiente de tantas cosas que da miedo abrir la maldita máquina. Eso si, nosotros seguiremos abriéndola y mirándole las tripas como si entendiéramos...
Bueno enhorabuena de parte de to el servicio y ánimo que el país necesita más zagales... ¡Pero vuelve pronto que las noches son muy largas si esos cafés!