No por nada La Palma es conocida como la Isla Bonita. Estás en una misma isla pero si la recorres, puedes pasar de un día soleado a otro nublado y con llovizna. Nos alojamos en una casita en Los Llanos de Ariane y desde su balcón se puede ver como rebosan las nubes de la Caldera de Taburiente y algunas de las innumerables plataneras de la isla. No puedes dejar de visitar el Roque de los Muchachos (observatorio), el bosque de los Tilos, el cubo de la Galga, la ruta de los volcanes…
Pero sobre todo, si queréis conservar vuestra figura, no comáis sus platos, porque se come de muerte y además barato. Y jamás se os ocurra dar chorizo a los lagartos porque son capaces de convertirse en vuestros animales de compañía.