
Lola ha muerto.
Y no es que le guardara ningún rencor por morderme,pero entre la sobrecarga de trabajo y mi familia,yo no estaba para darme cuenta de que la jaula del pobre animal había quedado bajo el solanero toda la mañana.
Parecía sacada del nuevo catàlogo de alfombras de Ikea. Ni los mejores taxidermistas de Murcia lo hubieran hecho mejor.
El mayor derramò dos lagrimas simbòlicas (a pesar de todo,creo que es el único que alberga un poco de humanidad), mientras la pequeña( 2 años),por teléfono,avisaba a su progenitor sin cargos de conciencia: papá,la rata se ha muerto!. El padre ,enseguida apuntò :que no se entere la mediana (fué su regalo de cumpleaños,y ahora está pasando unos días con sus abuelos maternos), la cambiaremos inmediatamente por otra. Yo no lo tengo claro,la verdad. Se trataba de una especie asiática y,si se recambia por otra diferente, qué dirá la niña cuando vuelva el Viernes y no reconozca a su mascota?. Porque no tiene un pelo de tonta,( aunque le queden menos tras los trasquilones que se diò el otro día encerrada ella solita en el cuarto de baño,que esa es otra...).
Le decimos que se trata de una mutaciòn debida al crecimiento del animal?,y lo que es peor,serán capaces sus hermanos de silenciar el crimen?... CONTINUARÁ