Desde las Tablas de Daimiel, secas por la explotación acuífera de una agricultura inapropiada durante 30 años ( lo más triste del viaje, pasando por pueblos entrañables, como San Clemente, Alcázar de San Juan, El Toboso, Almagro ( noble y rico), Campo de Criptana ( con sus majestuosos molinos de viento), el parque nacional de Cabañeros( enorme, variado y muy abundante en flora y fauna), las Lagunas de Ruidera ( este año preciosas gracias a las abundantes lluvias), toda La Mancha merece ser conocida y paseada, probar su rica gastronomía y entablar conversación con sus paisanos, gente tranquila y sabia. Muy recomendable. Besos Susi
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