Vamos a la carnicería.
En el fondo , el asunto no es lo que se cuenta, sino còmo se cuenta.
Porque si yo os digo: mis hijos han merendado queso, la mayoría de vosotros me mandáis a la mierda, o a un lugar cercano, habida cuenta de que para lo que me han contratado, es para entretener al personal.
Pero es que eso no es lo que ocurriò realmente: ahí va la verdadera historia de hoy.
Estaba sola en el parque , y, sabedora de no tener cena, decidí ir a la carnicería más cercana. Sí, claro, con mis hijos, a los que todavía no les habían prohibido la entrada porque procuro no ir nunca con todos a la vez.
Entramos, llenando el local,por el alboroto, y porque somos cuatro de golpe,que quieras o no... y mientras yo intentaba pedir el fiambre, ellos tomaron sus posiciones.
La pequeña empezò a coger los bidones de agua y a meter los dedos por los envoltorios de plàstico para romperlos. La mediana, pegò la cara y las manos sucias del parque a los ,hasta entonces limpios,mostradores, mientras el líder espiritual de la manada,entraba detràs de los mismos para dirigir la operaciòn y poder coger todo lo que la pobre carnicera intentaba pesar ,para pesarlo él, siendo imitado de inmediato por sus subalternas.
La buena mujer intentò quitàrselos de encima dándoles lonchas de queso. Craso error,ello desencadenò una avalancha de peticiones de bocas hambrientas, de aquellas que no han comido nunca,que hizo que le pidiera la cuenta y los cogiera a peso a todos a la vez para salir de allí,con la esperanza de que la mujer olvide,como ocurre con la gente de su edad,que ya tiene algunos despistes,y la pròxima vez me vuelva a dejar entrar,que me pilla muy cerca de casa.
Un saludo a nuestro escritor porno.
En el fondo , el asunto no es lo que se cuenta, sino còmo se cuenta.
Porque si yo os digo: mis hijos han merendado queso, la mayoría de vosotros me mandáis a la mierda, o a un lugar cercano, habida cuenta de que para lo que me han contratado, es para entretener al personal.
Pero es que eso no es lo que ocurriò realmente: ahí va la verdadera historia de hoy.
Estaba sola en el parque , y, sabedora de no tener cena, decidí ir a la carnicería más cercana. Sí, claro, con mis hijos, a los que todavía no les habían prohibido la entrada porque procuro no ir nunca con todos a la vez.
Entramos, llenando el local,por el alboroto, y porque somos cuatro de golpe,que quieras o no... y mientras yo intentaba pedir el fiambre, ellos tomaron sus posiciones.
La pequeña empezò a coger los bidones de agua y a meter los dedos por los envoltorios de plàstico para romperlos. La mediana, pegò la cara y las manos sucias del parque a los ,hasta entonces limpios,mostradores, mientras el líder espiritual de la manada,entraba detràs de los mismos para dirigir la operaciòn y poder coger todo lo que la pobre carnicera intentaba pesar ,para pesarlo él, siendo imitado de inmediato por sus subalternas.
La buena mujer intentò quitàrselos de encima dándoles lonchas de queso. Craso error,ello desencadenò una avalancha de peticiones de bocas hambrientas, de aquellas que no han comido nunca,que hizo que le pidiera la cuenta y los cogiera a peso a todos a la vez para salir de allí,con la esperanza de que la mujer olvide,como ocurre con la gente de su edad,que ya tiene algunos despistes,y la pròxima vez me vuelva a dejar entrar,que me pilla muy cerca de casa.
Un saludo a nuestro escritor porno.
3 comentarios:
Sabía que no defraudarías a tus lectores. Thanks. BAU
Lo bueno para nosotros es que te quedan muchos años de aventuras... No sé si pensarás tú lo mismo, claro!
Cómo me gusta leer tus historias y pernsar... será mi vida algún día tan divertida????
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